viernes, 31 de agosto de 2007

Sistema de Raíces

Uno de los factores más importantes para el cultivo de marihuana, sobre todo en exterior, es el sistema de raíces. Un sistema de raíces bien desarrollado garantiza una planta grande y fuerte, y más resistente a las enfermedades y los insectos. Como la planta de cannabis tiene un sistema de raíces grande, puede absorber más nutrientes, lo que beneficia la calidad y cantidad de la cosecha. Claro que no siempre le damos la oportunidad de desarrollar de buena forma sus raíces.

Luego de germinar nuestras semillas las pasaremos a tierra. Tanto si las pasamos a tierra madre como a maceteros o contenedores, lo haremos a un sustrato sin enriquecer, es decir, sin nutrientes añadidos. La plantita en esta etapa necesita desarrollar un pequeño sistema de raíces para poder tomar su alimento de la tierra. Los suplementos nutricionales son para una etapa posterior del desarrollo de la planta. En el caso de que eligamos pasar las semillas a maceteros, lo ideal es que este tenga una altura mínima de unos 15 centímetros. Esta altura es necesaria para que la planta pueda desarrollar una raíz principal larga, lo que al final incidirá en el tamaño de nuestra amiga. En un macetero demasiado pequeño la raíz principal no tendrá espacio para desarrollarse de manera óptima, lo que influirá negativamente en el crecimiento.

Aunque la planta de cannabis puede lograr un sistema de raíces grande, estas no son muy fuertes. De echo cuando se encuentran con obstáculos o están en un sustrato muy duro o compacto, su crecimiento se estanca. Es por esto que una tierra ligera y esponjosa es ideal, sobre todo en las primeras semanas. Un sustrato muy aconsejable para las primeras semanas es Tierra de Hojas mezclada con Perlita. Esta última favorece la aireación del sustrato, lo que produce que el sistema de raíces crezca más rápido y el agua se absorva de mejor manera. La perlita es recomendable para las diferentes etapas de nuestras plantas, pues un buen drenaje y una buena aireación de la tierra es muy beneficioso para ellas.

Cuando ya tenemos una planta jóven, de unas tres o cuatro semanas, es momento de trasplantarlas (en caso de que las tengamos en pequeñas macetas). Nuevamente podremos elegir entre tierra madre y maceteros aún más grandes. El trasplante se hace de la siguiente manera: regamos un poco la maceta y esperamos a que el agua se absorba, luego la volteamos con cuidado deslizando nuestros dedos para que el tallo quede entre ellos y agitamos suavemente de arriba a abajo o le damos unos golpecitos en el fondo hasta que salga todo el montón de tierra. Lo sujetamos con cuidado de que no se desarme y lo metemos en el agujero de la nueva tierra.

Hasta pronto. Saludos

martes, 28 de agosto de 2007

Germinación

La razón por la cual comencé este Blog el 28 de agosto es siguiendo algo así como una tradición, o mejor dicho "un mito urbano". "Plantar la luna llena anterior al Equinocio de primavera del hemisferio sur", que en el hemisferio norte sería alrededor del 28 de febrero. Sea como sea, hoy en día muchas cosas pueden cambiar debido al calentamiento global.

En realidad no está demostrada la influencia de la luna al germinar una semilla. Lo que si se sabe es que las semillas son delicadas y les puede afectar tanto la excesiva humedad, como la falta de agua. Es recomendable que antes de iniciar cualquier tipo de cultivo, tengamos certeza de la calidad de las semillas a utilizar, ya que el tiempo y el trabajo empleado más el dinero invertido son el mismo para una semilla buena como para una semilla mala, mientras que el resultado final es bastante distinto. Las semillas buenas son de colores diversos según el origen de la planta, pero suelen ser atigradas y no forzosamente de gran tamaño. Las semillas que no han madurado bien tienen un tono verdoso y suelen romperse con una ligera presión de los dedos. No se puede asegurar que el código genético quede intacto si la semilla no ha madurado lo suficiente en la planta, cuando eso sucede, la semilla si resiste una ligera presión y adquiere un tono tostado. Las semillas de compra no tienen una garantía absoluta, pues se trata de material vivo, pero si que están bien maduradas y tienen denominación de origen. Absolutamente recomendadas. (en la foto se muestran dos semillas ya maduras y una que aún no lo está)

La germinación de una semilla es su nacimiento, y debe ser realizado con cuidado. Para germinar la semilla necesita humedad, aire y calor. A continuación detallaré algunas técnicas para germinar semillas de cannabis:

- La forma más simple de germinar semillas es enterrándolas directamente en tierra o en el recipiente que las albergará. Haciendo un agujero a unos 2 cm de profundidad colocamos nuestra semilla y luego la cubrimos ligeramente de tierra, la regamos teniendo ciudado de no inundar la tierra y esperamos. El tiempo que tarde en germinar es relativo y proporcional a la calidad de la semilla. Puede tardar entre 24 horas a una semana, aunque las semillas que no hayan germinado en una semana probablemente ya no lo harán o, si lo hacen, darán lugar a plantas débiles.

- Un método distinto consiste en sumergir las semillas en un vaso con agua tibia. Se recomienda añadirle lejía (cloro) para evitar que el agua se pudra al paso de unos pocos días. Al cabo de un día las semillas se hundirán. Las que no lo hagan probablemente no germinarán. En unos pocos días las semillas sanas se abrirán dejándonos ver una pequeña raíz blanca, la radícula. No conviene dejarla más tiempo en ese recipiente, pues el agua podría contaminarse e infectarla. El siguiente paso es sacarla con mucho cuidado de no manipular la radícula sosteniéndola sin hacer mucha presión, enterrarla en tierra con la raíz hacia abajo y cubrirla suavemente de tierra.

- Una de las formas más utilizadas es poner a germinar las semillas entre servilletas, papel higiénico o algodón. Acerca de este último hay que tener especial cuidado de que la semilla no germine lo suficiente como para que la raíz se enrede entre las fibras del algodón, pues nos podría traer problemas al momento de retirarla. La manera de realizar este método es humedecer una servilleta, trozo de papel higiénico o algodón y colocar la semilla sobre él, luego humedecer otra servilleta o papel higiénico y cubrirla. La semilla debe estar en contacto con el papel húmedo para que pueda absorber humedad y germinar. Como alternativa se puede seguir lo siguiente: Meter esta "torta" en una bolsa plástica e inflarla de aire, cerrarla y dejarla en un lugar cálido y oscuro. El hecho de inflarla provoca un alto nivel de humedad dentro de la bolsa, lo que favorece el intercambio gaseoso para la Eclosión. Al cabo de unos días las semillas habrán germinado ; Otra opción es dejar las servilletas sobre un plato y este a su vez cubrirlo con otro plato, para darle oscuridad, y luego dejarlo sobre un electrodoméstico para que se mantenga a una temperatura de entre 25° a 30° C.

Para estas técnicas los pasos siguientes son plantar las semillas ya germinadas en macetas, contenedores o en tierra madre. Es aconsejable no sembrar más de una semilla por maceta, pensar que hay que hacer posteriores transplantes y, en definitiva, se dañan nuestras plantas en ese proceso.
Si decides plantar más de una semilla en un contenedor hay que tener en cuenta que: tienen que estar muy separadas, pues se corre el peligro de que se entrecrucen las raices, con el consiguiente perjuicio para la planta en el momento en que se decida su transplante. Una vez cubiertas de tierra es importante dejar el macetero en un lugar que no experimente cambios muy bruscos de temperatura o humedad. Tampoco necesitan de mucho sol o luz artificial, ya que están bajo tierra y aún no desarrollan hojas para fotosintetizar esa luz, además se podría experimentar un exceso de calor, secando el sustrato. Durante la primera semana se asomará un tallito con dos hojas ovaladas en la punta, llamadas cotiledones, los que serán la reserva alimenticia para nuestra planta las primeras semanas, y luego aparecerán los primeros pares de hojas reales. En estos primeros días, hasta el cuarto ó quinto par de hojas reales, la planta solo necesita agua y calor, aunque sin excesos. Evitaremos tener la tierra permanentemente húmeda, para que la raíz respire lo suficiente y el tallo no se pudra víctima del ataque de algún hongo.

Hasta pronto. Saludos

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Bienvenidos sean todos quienes visiten este Blog, compartan conocimientos, emitan comentarios, y en general disfruten de leer un poco acerca de mis gustos y pasatiempos. Un saludo muy cordial y que esto comience.